No tengo que preocuparme por mi, vos sabés que voy a verte porque sube la corriente. El silencio en la calle, escuchando sin la radio una canción, va rodeándome tu voz. Tu encanto directo en la sangre me habló. Adorarte es muy poco, adorarte no es nada. No tengo que elegir porque sí, voy saliendo de la sombra por la boca que me nombra. Tu modo de encontrarme y mi descuido provocaron, sin querer, esta gran casualidad, la clarividencia de la oscuridad. Adorarte es muy poco, adorarte no es nada.